Los Fantasmas del Subte
Varias historias circulan en torno a los subterráneos de la
ciudad de
Buenos Aires, que tienen como escenario
principal las estaciones de la línea A, la primera
de la red inaugurada en 1913, que actualmente une
Plaza de Mayo con
Primera Junta.
Una de ellas cuenta que un antiguo operario de la
estación
Sáenz Peña concurrió a los sanitarios en
horas de servicio y encontró en ellos a un hombre
degollado sobre un charco de sangre. De inmediato el
atribulado empleado dio el alerta al personal de
seguridad de la estación, quien acudió rápidamente a
inspeccionar el lugar, encontrando el sitio en
perfectas condiciones y sin ningún rastro de
violencia. El veredicto fue unánime: se trataba de
una alucinación.
Al día siguiente, volvió a repetirse la situación,
aunque el protagonista fue esta vez otro empleado.
Durante largo tiempo, muchos fueron los trabajadores
que afirmaban haber visto al degollado en el baño de
esa estación.
Otra historia de aparecidos tiene como escenario el
tramo comprendido entre las estaciones
Alberti y
Pasco, aunque su figura central esta vez
es una extraña mujer en traje de novia. Cuentan los
dichos que se trata del fantasma de una joven a la
que su prometido abandonó ante el altar,
circunstancia por la cual la muchacha habría salido
intempestivamente de la iglesia y se habría arrojado
a las vías del tren. Otra versión, más romántica
aún, señala que la ceremonia del casamiento se
realizó pero al tratarse de una unión concertada por
los padres de los novios, la muchacha prefirió
suicidarse al salir de la iglesia antes de
contrariar su propia voluntad.
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