La Formación
Histórica del Estado Argentino
Período
hispánico
El territorio de
la Cuenca del Plata, que
comprendía, parcial o totalmente, lo
que hoy son las provincias de Buenos
Aires, Entre Ríos, Corrientes, Santa
Fe, Chaco, Formosa, Misiones y las
actuales repúblicas de Paraguay y
Uruguay, tuvo durante los siglos XVI
y XVII, un papel secundario en el
proceso colonizador español. Al
impulso de un ulterior crecimiento
económico, las posesiones
incrementaron su valor estratégico,
lo que llevó a la corona de España a
la creación del Virreinato
del Río de la Plata en
1776. Durante este período, llamado
comúnmente hispánico, el organigrama
del poder era rudimentario y sin una
distinción nítida de competencias.
Tanto en la península como en
América, las instituciones
desempeñaban funciones ejecutivas,
legislativas y judiciales, a veces,
de manera superpuesta.
Período
revolucionario
En mayo de 1810,
debido a la invasión napoleónica a
España, Buenos Aires convocó a un
Cabildo Abierto para arbitrar
medidas frente a la caducidad del
gobierno del virrey e instrumentar
la reversión de los derechos de
soberanía al pueblo y, como
consecuencia inmediata, la
instalación de un nuevo gobierno.
Entre 1810 y 1816 se sucedieron
diferentes formas institucionales,
siendo inaugural la Primera
Junta (órgano de tipo
colegiado, regulado principalmente
por dos documentos: el
Reglamento del ´25 – sancionado
por el Cabildo– y el Reglamento
del ´28 – emanado de la propia
Junta–); interpretando el primero de
ellos se incorporan los diputados
del interior al órgano porteño,
creándose así la Junta
Grande, institución que a
su vez instauró juntas provinciales
y decretó la creación de un
Triunvirato. Así, fue
sancionado el Estatuto
Provisional del Gobierno Superior de
las Provincias Unidas del Río de la
Plata y los decretos sobre la
libertad de imprenta y la seguridad
individual.
En 1812, correspondió al
Segundo Triunvirato llevar
adelante la convocatoria a una
Asamblea Constituyente,
conformada al año siguiente, que fue
el primer congreso de nuestra
historia y que asume la
representación de la soberanía de
las Provincias Unidas del Río de la
Plata.
Si bien la
Asamblea del año XIII, como
cuerpo representativo no cumple con
su objetivo fundamental de dictar
una constitución, desarrolla una
vasta tarea legislativa en pro de
las libertades individuales y
constituye la apertura hacia nuevas
formas institucionales.
Desde el punto de vista de la
organización política, estableció un
Poder Ejecutivo unipersonal, creando
el cargo de Director Supremo
de las Provincias Unidas del Río de
la Plata. Instituyó el 25
de Mayo como fecha patria,
estableció el Escudo y el Himno y
mandó acuñar moneda propia, acciones
con las que demostraba su voluntad
de formar un estado soberano.
Finalmente en 1816,
un Congreso General Constituyente
reunido en Tucumán, declaró la
independencia de las Provincias
Unidas y dictó el Estatuto
Provisional de 1816, el
Reglamento Provisorio de 1817 y
la Constitución de las
Provincias Unidas de Sudamérica.
A raíz de la batalla de Cepeda en
1820, el Congreso General fue
disuelto y el Cabildo de Buenos
Aires reasumió el mando universal de
esta ciudad y de su territorio
provincial, a la vez que nombró un
gobernador interino, lo cual implicó
la extinción del gobierno nacional.
A partir de entonces, las
provincias, aún fuertemente
autónomas, continuaron una
estructura robustecida por una serie
de pactos inter–provinciales (Tratado
de Benegas y del
Cuadrilátero).
En diciembre de 1826, un nuevo
Congreso Constituyente sancionó una
Constitución de la República
Argentina, rechazada
mayoritariamente por los desacuerdos
respecto de su texto.
En 1831, se firmó el Pacto
Federal entre Santa Fe, Buenos
Aires y Entre Ríos, al cual luego
adhirieron las demás provincias, por
el que se reconocía la existencia de
un estado organizado como república,
conformado por las provincias
agrupadas en una federación.
Período de la
organización nacional
Luego de la batalla
de Caseros, que implicó la caída de
Juan Manuel de Rosas como gobernador
de Buenos Aires, las Provincias de
Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y
Buenos Aires firman el Protocolo
de Palermo. Posteriormente, el
Acuerdo de San Nicolás,
rubricado ante la presencia de la
mayoría de los gobernadores
provinciales, ratifica el carácter
de ley fundamental del Pacto
Federal. Se convoca entonces en
1852 a un Congreso General
Constituyente, con el
objeto de dictar una constitución
para la Confederación. El texto,
promulgado por Urquiza el 25 de mayo
de 1853, fue jurado por la república
el 9 de julio, con excepción de
Buenos Aires, la que se sumaría a la
Confederación en 1860, como
consecuencia de la batalla de Cepeda
y de la firma del Pacto de Unión
de San José de Flores del año
anterior. De inmediato fue reformada
la Constitución,
quedando consumada la unión del
país. La reforma acentuó la forma
federal de la república, a la vez
que, en lo ideológico, mantuvo el
esquema de la Carta Magna de 1853.
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